martes, diciembre 19, 2006

Medallas a la Esperanza. Diario La Rioja

Olga Bejano y Proyecto Hombre, honrados por la Cofradía de la Esperanza

Con mucha esperanza, y nunca mejor dicho. Así celebró su jornada la Cofradía de la patrona de Logroño, en vísperas del gran día de la Virgen. Ayer al mediodía, una abarrotada iglesia de Santiago acogió una misa en la que se recordó a los cofrades fallecidos este año y se impusieron medallas a los nuevos integrantes

Pero además, desde hace unos años que la Cofradía de la Virgen de la Esperanza rinde homenaje a distintas personas o instituciones para que la Virgen «les siga ayudando y podamos fortalecer, ante su ejemplo, nuestra esperanza».

Una medalla de honor que este año ha sido impuesta a Olga Bejano, una tetrapléjica riojana que es «testimonio de lucha y esperanza en su larga enfermedad», y a Proyecto Hombre, «reconociendo su impagable aportación a la atención y rehabilitación de toxicómanos».

Otro de los motivos por el que la esperanza estuvo marcada en la jornada es el hallazgo, por parte de la Guardia Civil, de la corona que había sido sustraída días atrás al Niño de la Virgen de la Esperanza, y que fue entregada al párroco de Santiago el viernes pasado.

Ayer, la patrona y su Niño lucían sus mejores galas, al tiempo que los cofrades depositaban flores a su alrededor.Una de ellas, una de las más bellas (una inmensa rosa blanca), era el beso que enviaba Olga Bejano a la Virgen, según explicó su madre con orgullo, mientras el hermano mayor de la Cofradía, José María del Campo, la esperaba en las puertas del templo logroñés.

A través de su enfermera e intérprete, Olga envió un mensaje a todos los cofrades y feligreses de Santiago, en la que agradecía la medalla y señalaba que «la esperanza es el último sentimiento que todo ser humano debe conservar hasta el último instante de su vida». En concreto, Olga asegura tener esta esperanza en sus familiares, amigos y proyectos.Por la tarde, la celebración continuó con la ofrenda floral a la Virgen, una misa y un concierto navideño en la iglesia de Santiago el Real.

M. SCHMITT